Sushil Kumar Sharma, exsacerdote hindú, India


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De regreso a su habitación después de rezar la oración del Isha[1], Abdur Rahman, de 42 años, nacional de la India, se sienta con un bolígrafo y una mente llena de ideas. Está escribiendo la historia de su vida, Pandit bane Musalmaan (Sacerdote hindú se hace musulmán) en su lengua materna, el hindi.


Él trabaja como almacenista en la compañía de construcción Saudi Binladin BTAT en el proyecto financiado por la Dotación (fideicomiso) Rey Abdul Aziz frente a la Gran Mezquita.


Antes de llegar a Yida (el 12 de mayo de 2002) y aceptar el Islam, Abdur Rahman era conocido como Sushil Kumar Sharma. Su pueblo natal es Amadalpur, una pequeña villa en el norte de la India, en el estado de Jariana.


Nació en el seno de una familia hindú ortodoxa que tenía el privilegio de llevar a cabo los rituales religiosos en el templo del pueblo.


Durante su estancia en el alojamiento de la compañía en Yida, un colega suyo le dio algunos libros islámicos en hindi. Luego, fue transferido a Riad para trabajar en un proyecto en la Universidad Princesa Nura para Mujeres.


"Fue en el campamento de alojamiento de la compañía que conocí algunos musulmanes de la India y de Pakistán, quienes me explicaron la religión del Islam", dice Abdur Rahman.

"Entre ellos estaba uno de mis mejores amigos, Salim, natural de Rayastán (un Estado al noroeste de la India). Los dos compartíamos habitación. En nuestro tiempo libre, él narraba las historias de los profetas del Islam y leía hadices (dichos del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él).


"Mi corazón se estremeció. Comencé a cuestionarme. ¿Qué me pasaría después de la muerte? ¿Mis pecados me llevarían al Infierno por toda la eternidad? Tenía miedo del castigo en la tumba para los pecadores y los incrédulos", recordó.


"Comencé a pasar noches sin poder dormir. Sabía que era el momento para que abrazara el Islam y convertirme en un verdadero seguidor del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Por fin, mi búsqueda permanente de la verdad terminaba aquí.


"A la mañana siguiente, les revelé a mi amigo Salim y otros colegas en el campo mi intención de abrazar el Islam. Hubo júbilo en la compañía. Todos estaban muy felices, me felicitaban y me abrazaban. También fue el sistema de hermandad universal, sin diferencias de casta, color, credo o raza, lo que me atrajo hacia el Islam", dijo Abdur Rahman.


Al día siguiente, se realizó una reunión con los miembros de la Oficina de Cooperación para el Llamado y la Guía en Al Bat-ha, Riad. El Imam de la mezquita del campo le pidió que dijera la Shahada (es decir, el testimonio de fe).


"Recité La ilaha il-la Al-lah, Muhammad-ur-Rasul Al-lah de todo corazón, aceptando a Al‑lah como mi Señor y a Muhammad como Su Mensajero. El Imam me sugirió que cambiara mi nombre a Abdur Rahman, lo que acepté con facilidad".


Pronto, Abdur Rahman fue transferido a Bahra, una ciudad ubicada cerca de la carretera Meca-Yida. "El ingeniero del proyecto estaba muy contento de saber que yo había abrazado el Islam. Él fue muy amable conmigo y me ofreció toda la ayuda y cooperación", dijo Abdur Rahman.


"Pero yo quería estar más cerca de Dios. Le supliqué a Dios que me transfirieran a Meca. Mis oraciones fueron respondidas y fui transferido al proyecto en el que estoy trabajando actualmente, que está cerca de la Gran Mezquita".

Su principal preocupación ahora es su familia en la India.


"Ahora tengo una gran responsabilidad: llevarles el mensaje del Islam a los miembros de mi familia". Abdur Rahman tiene esposa y dos hijos, uno de siete y otro de dieciséis años de edad.


"Les conté por teléfono que acepté la religión del Islam y me hice musulmán. Al principio no me creyeron. Mi esposa me dijo que no tomaría ninguna decisión hasta que regrese de vacaciones a la India. Todos los días hago dua (súplicas) y ruego a Dios que los guíe hacia el camino correcto, y que ablande sus corazones para que acepten el Islam", dijo Abdur Rahman con lágrimas en sus ojos.


"También tendré que enfrentar mucha oposición por parte de mis parientes, amigos y coterráneos, pero estoy determinado a enfrentarlos. Tengo confianza en que Dios me ayudará", agregó.


Abdur Rahman tiene también algunas palabras de consejo para todos los demás.

"Me gustaría transmitir el mensaje a todos los no musulmanes del mundo para que acepten el Islam y sean exitosos en esta vida y en el Más Allá. También me entristece ver a tantos musulmanes que no siguen la religión del Islam como la predicó nuestro Profeta. Los llamo a que dejen de imitar a otros pueblos".

 


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