El Milagroso Corán : Milagros Científicos
Milagros Científicos del Corán
Los “milagros científicos” del Corán es un tema tratado por muchos hoy en día, ya que la investigación es continua en muchos campos. La fuente de esto es probablemente el hecho que existen literalmente cientos de versos en el Corán en los cuales Dios destaca diferentes aspectos de esta recreación y alienta a los humanos a reflejar y aprender de lo que ven.
Poco después de convertirme en musulmán, conocí el libro La Biblia, el Corán y la Ciencia de Maurice Bucaille. En resumen, deseo compartir con ustedes las importantes conclusiones a las que él llegó:
El Corán es la continuación de las dos Revelaciones que lo precedieron y no solo está libre de contradicciones en sus narraciones, siendo evidente varias manipulaciones humanas se encuentran en los Evangelios, sino que provee todo de él para aquellos que lo examinan objetivamente y a la luz de la ciencia, es decir su entera coincidencia con los datos científicos. Además, se encuentran afirmaciones en él (como se ha mostrado) que se conectan con la ciencia: y aún así es impensable que un hombre de la época de Muhammad pueda haber sido el autor de ellas. El conocimiento científico moderno, por lo tanto, nos permite comprender ciertos versos del Corán que, hasta ahora, han sido imposible de interpretar.
A la vista del nivel de conocimiento en la época de Muhammad, es inconcebible que muchas de las afirmaciones en el Corán que se encuentran conectadas con la ciencia puedan haber sido obra de un hombre. Es, además, perfectamente legítimo, no solo considerar al Corán como expresión de una revelación, sino otorgarle un lugar especial, a causa de la garantía de autenticidad que provee y la presencia en sus afirmaciones científicas que, al ser estudiadas hoy en día, parecen ser un desafío a la explicación en términos humanos[1].
En su discusión acerca del Corán, Bucaille destaca tres puntos importantes:
a) Primero, no hay nada en el Corán que contradiga la ciencia moderna;
b) Segundo, no hay mención de algunas de las falsas creencias que las personas tuvieron en los tiempos del Profeta Muhammad, que Dios lo alabe, con respecto a su creación, el universo y la ciencia en general; y
c) Tercero, no hay manera por la cual el Profeta Muhammad pudo haber sabido en su época muchos de los hechos aludidos en el Corán.
En resumen, es posible discutir sólo un verso en detalle aquí para demostrar los “Milagros científicos” del Corán[2].
Al leer el Corán, un tema que llamó la atención de muchos lectores es la discusión de la creación del ser humano dentro del vientre de la madre. Dios dice en el Corán:
“He aquí que creamos al hombre [Adán] de barro. Luego hicimos que se reprodujese por medio de la fecundación, y preservamos el óvulo fecundado dentro de una cavidad segura [el útero]. Transformamos el óvulo fecundado en un embrión (‘alaqah), luego en una masa de tejidos (mudgah), luego de esa masa de tejidos creamos sus huesos a los que revestimos de carne, finalmente soplamos en el feto su espíritu. ¡Bendito sea Allah, el mejor de los creadores!” (Corán 23:12-14)
Este breve pasaje es asombroso en su precisa descripción del verdadero proceso, así como también en su libertad acerca de todas las teorías incorrectas y puntos de vista que prevalecían en los tiempos de Muhammad. Como se ve en la traducción, la palabra árabe alaqah puede implicar sanguijuela, cosa suspendida, o coagulo de sangre. En verdad, todos estos términos describen al embrión. De hecho, en su primera etapa, el embrión no solo luce físicamente como una sanguijuela [3] sino que “obtiene alimentación a través de la sangre de la madre, como la sanguijuela, que se alimenta de la sangre de los demás”[4]. Alaqah, nuevamente, puede también significar, “cosa suspendida”, que también es verdad, el embrión en esta etapa se sostiene del útero de la madre[5]. Finalmente, alaqah puede también significar coagulo de sangre. Nuevamente, la relación con el verdadero proceso físico es milagrosa. Ibrahim escribe:
Nos encontramos con que la apariencia externa del embrión y su saco durante la etapa de alaqah es similar a un coagulo de sangre. Esto se debe a la presencia de una cantidad relativamente extensa de sangre presente en el embrión durante esta etapa... también, durante esta etapa, la sangre del embrión no circula hasta el final de la tercera semana. De este modo, el embrión en esta etapa es como un coagulo de sangre[6].
Los versos afirman que la próxima etapa es la de un mudghah o “sustancia masticable”. Esta es también una descripción acertada de la próxima etapa del embrión. En esta etapa, el embrión desarrolla los segmentos de la columna y estos “de algún modo de parecen a marcas de dientes en una sustancia masticable.”[7]
El tipo de información descrita anteriormente solo ha sido “descubierta” y vista por humanos desde el desarrollo de poderosos microscopios. Ibrahim advierte que Hamm y Leeuwenhoek fueron los primeros en observar células espermas humanas, en 1677 debido a la ayuda de un microscopio mejorado [8]. Esto sucedió unos 1000 años después de la época del Profeta Muhammad, que Dios lo alabe.
De hecho, los detalles del análisis de los versos coránicos relacionados a la embriología son tan grandiosos que Keith Moore, Profesor catedrático de Biología anatómica y celular de la Universidad de Toronto, los ha incluido en una edición especial de su libro de texto The Developing Human: Clinically Oriented Embryology.[9] Este es un trabajo interesante que esta compuesto de libros completos de texto de Moore con inserciones que describen algunos de los temas desde el punto de vista del Corán y los dichos del Profeta. Después de discutir temas avanzados de embriología – la mayoría de los cuales son el resultado de la investigación en las décadas pasadas – este libro de texto tiene entonces páginas insertadas que describen lo que el Corán ha afirmado con respecto a estos asuntos. ¿Se pueden imaginar tomar los mejores libros de medicina de hace 200 años y hacer algo de esta naturaleza? Seria absurdo y ridículo ya que el material de los antiguos libros de texto sería completamente irrelevante. Sin embargo, harían esto con el Corán, un libro que ni siquiera aclama ser un texto médico. Por supuesto, posee una afirmación más fuerte: la de Dios.
Comentando acerca de la milagrosa consistencia entre las afirmaciones del Corán y el desarrollo de la embriología, el Dr. Moore afirmó en 1981: “Ha sido un gran placer haber ayudado en la aclaración de las afirmaciones del Corán acerca del desarrollo del embrión humano. Claramente, desde mi punto de vista estas afirmaciones deben haber llegado a Muhammad desde Dios, ya que la mayoría de estos pensamientos no fueron descubiertos hasta muchos años mas tarde. Esto es una prueba de que Muhammad debe haber sido un mensajero de Dios”[10].
De hecho, el Corán toca temas relacionados a muchas ciencias aparte de la embriología, como la astronomía, física, geografía, oceanografía, biología, botánica, zoología, medicina y psicología[11]. Así es que numerosos científicos de varios campos llegaron a similares conclusiones con respecto al Corán[12].
¿Cómo puede ser que este hombre que no sabía leer ni escribir de hace unos mil cuatrocientos años atrás, el Profeta Muhammad, haya producido un libro de esta naturaleza con tantos hechos científicos y detalles con perfecta precisión? ¿Podría haber sido el caso que estas hayan sido todas coincidencias y que el Profeta sea un impostor? Al menos es mi opinión que, las respuestas a preguntas como esta son muy claras. De hecho, la afirmación de que el Corán no es una revelación de Dios es más difícil de sostener una vez que se aprende más acerca del Corán mismo.
Accidentalmente, existen otros aspectos milagrosos del Corán históricamente relacionados. Por ejemplo, como se expuso en la Biblia, el Corán se refiere al soberano en los tiempos del profeta José como “rey” y nunca se refiere a él como Faraón, aunque ese termino se utilice en la Biblia en la historia de José, y el Corán utilice ese término en la historia de Moisés. Parecería, a través de lo que se puede determinar hoy, que José vivió entre los reyes semitas hicsos de Egipto y que su soberano no era en realidad un Faraón[13]. El Corán también deja en claro que el cuerpo del Faraón del Éxodo seria recuperado y preservado[14]. Ahora bien, se considera que todos los faraones de la época hayan sido en realidad preservados como momias, algo que el Profeta no podría haber sabido en esa época. Esto ha llevado a dos investigadores a afirmar:
Si el Sagrado Corán derivó de la Biblia [como algunas personas afirman falsamente, entonces] esos tantos errores bíblicos deberían haberse repetido. ¿Por qué, por ejemplo, el Sagrado Corán describiría a los israelitas como una pequeña nación cuando la Biblia afirmó que eran 2-3 millones, un numero enormemente exagerado que ningún erudito acepta?... ¿Por qué el Sagrado Corán no coincidió con la Biblia, y en realidad la lógica creencia que el Faraón fue tragado por el mar, sino que afirmó que el “cuerpo” del Faraón fue rescatado? Y ¿Por qué el Sagrado Corán dijo esto acerca del Faraón en particular pero no acerca de otras personas que también fueron destruidas por Dios?...[15]
Finalmente, los eruditos musulmanes han notado que el milagro particular dado a cada profeta se relacionaba a los asuntos con los que su gente se encontraba más fascinada. Es así, por ejemplo, que en la época de Moisés, la brujería era muy popular, y uno de sus signos se relacionaba directamente a superar los débiles trucos de los magos humanos. Durante la época de Jesús, la medicina era un asunto popular y algunos de los signos de Jesús incluían sanar a los enfermos, revivir a los muertos y demás. Los árabes en esos momentos estaban muy orgullosos de sus dones literarios, como se advertirá en breve, el Corán es la obra maestra árabe mas allá de lo que ellos pudiesen comparar. Sin embargo, el Profeta Muhammad no fue solo enviado a los árabes o a las personas de su siglo. En nuestra época, la ciencia se ha convertido prácticamente en un "dios" para reemplazar al Dios tradicional de la tradición judío-cristiana. El milagro del Profeta Muhammad es en realidad completamente relevante al campo de la ciencia que cautiva a tantas personas hoy en día, una vez mas indicando que el Profeta Muhammad fue verdaderamente un profeta enviado a toda la humanidad hasta el Día del Juicio.
Footnotes:
[1] The Bible, the Quran and Science de Maurice Bucaille, (Indianapolis, IN: American Trust Publications, 1978), pp. 251-252.
[2] Para más detalles con respecto a las diferentes etapas del desarrollo humano, el lector interesado puede tambien consultar a Keith L. Moore, Abdul-Majeed A. Zindani y Mustafa A. Ahmed, Quran and Modern Science: Correlation Studies (Bridgeview, IL: Islamic Academy for Scientific Research, 1990), pp. 15-47.
[3] Ver I. A. Ibrahim, p. 7, Figura 1.
[4] I. A. Ibrahim, p. 6.
[5] Ver I. A. Ibrahim, p. 7, Figura 2.
[6] Ibrahim, p. 8.
[7] Citado por Ibrahim, p. 8, The Developing Human, de Moore y Persaud, 5th ed., p. 8. Ver también las figuras de Ibrahim en la página 9.
[8] Ibrahim, pp. 8-10.
[9] Ver Keith L. Moore [junto a Abdul-Majeed Azzindani], The Developing Human: Clinically Oriented Embryology [with Islamic Additions: Correlation Studies with Quran and Hadith] Jeddah, Saudi Arabia: Dar al-Qiblah para la literature islámica, 1983, en conjunto con la compañia W. B. Saunders.
[10] Citado en I. A. Ibrahim, A Brief Illustrated Guide to Understanding Islam (Houston: Darussalam, 1997), p. 10.
[11] Para ejemplos con respecto a estos diferentes campos, ver Zakir Naik, “The Quran and Modern Science: Compatible or Incompatible?” www.ahya.org.
[12] Ver I. A. Ibrahim, A Brief Illustrated Guide to Understanding Islam (Houston: Darussalam, 1997), pp. 10ff. Este trabajo, se encuentra disponible enteramente en www.islam-guide.com. Ibrahim revé y resume las conclusiones de Moore y varios otros.
[13] Para mas detalles acerca de este punto, ver Louay Fatoohi y Shetha al-Dargazelli, History Testifies to the Infallibility of the Quran: Early History of the Children of Israel (Delhi, India: Adam Publishers & Distributors, 1999), pp. 81-93.
[14] Dios dice: “Conservaremos tu cuerpo y te convertirás en un signo para que las generaciones que te sucedan reflexionen. Por cierto que muchos de los hombres son indiferentes a Nuestros signos.” (Yunus 10:92). Para mas detalles acerca de este punto, ver Fatoohi y al-Dargazelli, pp. 141-145.
[15] Fatoohi y al-Dargazelli, pp. 247-248.